LOS
PRINCIPIOS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Los
Principios que transmiten las prácticas de la Participación
Ciudadana se transforman en las convicciones con las que se
fundamentan las decisiones de los Ciudadanos/as y son los que van
modelando sus formas de actuar. Estos Principios que permiten dar
coherencia y otorgan cierta forma de diseño a las acciones que se
realizan en los Marcos de Referencia creados para su disposición,
son los que logran contenidos, orientación y resultados. También
nos señalan aquellas características que se deben de implantar en
los Procesos de Participación para ser respetados y validados como
tales y se conforman en los referentes que orientan y evalúan los
diseños y su puesta en práctica, de tal manera que todas aquellas
características y toda la estructura del Proceso Participativo sea
coherente con los Principios que los definen. El Respeto hacia estos
Principios permite a los Ciudadanos/as minimizar las probabilidades
de creación de conflictos, evita las deslegitimaciones por partes
interesadas y el abandono de los actores por falta de coherencia en
las propuestas, posibilitando una excelente garantía de seguridad de
éxito en el proceso y en los resultados.
Estos
Principios, que se pueden señalar como fundamentales e
imprescindibles en la base de los diseños y en la puesta en práctica
de los Procesos de Participación Ciudadana son:
El
Principio de Transparencia
Los
Objetivos, los Planes y los Programas, las intenciones y los
resultados de cualquier Proceso de Participación Ciudadana tienen
que ser como un libro abierto y de pleno conocimiento público por
iniciativa de la Administración o de la Institución que los
promueva. Si queremos que el Ciudadano/a tome el control del Proceso
en el que participa y conozca el desarrollo de las acciones
emprendidas para comprobar que se desarrollan acorde con lo
establecido, la Transparencia es la condición necesaria que permite
constatar la coherencia existente entre las intenciones declaradas
con lo que se está haciendo en la realidad.
El
Principio de Acceso a la Información
Es
el Derecho que tiene la Ciudadanía a conocer toda la Información
que poseé la Administración -salvo las excepciones que marque la
ley- para así preparar y desarrollar en las mejores condiciones
posibles los Procesos de Participación.
El
Principio de Igualdad de Oportunidades
Si
se quiere garantizar que todos aquellos Ciudadanos/as que conforman
un Proceso de Participación tengan la necesaria Igualdad de
Oportunidades la Administración que lo promueve tiene que aplicar y
garantizar el Principio de Equidad. El resultado del Proceso de
Participación puede verse gravemente afectado si alguno de los
Grupos o Ciudadanos/as implicados obtiene ciertos privilegios o
mejores condiciones en relación a los demás, generándose, de ésta
manera, un desconocimiento por una de las partes cuyo resultado es
un acuciante debilitamiento del compromiso con los posibles acuerdos
a alcanzar, lo que a la par derivará en nuevos conflictos que
llevarán a deslegitimizar el Proceso.
Para
que esto no suceda es sumamente importante un reparto equitativo de
los recursos, el libre acceso a la información y una ponderada
capacidad de influir; todo esto implica necesariamente ofrecer, en
ocasiones, un apoyo especial a un determinado sector, si, por ejemplo
detectamos en éste ciertas carencias o desventajas iniciales en
relación con otros grupos o participantes. También se tiene que
tener en cuenta que si se quiere avanzar en el cumplimiento de la
Igualdad de Oportunidades es necesario reconocer la relevancia de
desarrollar, formando en su caso, las capacidades necesarias en los
actores del Proceso, de tal manera que su participación pase a ser
sustantiva y tenga el impacto deseado en la toma de decisiones.
El
Principio de No Exclusión
En
un Proceso Participativo tienen que estar representados los
participes que tengan interés significativo o que puedan verse
afectados, negativa o positivamente, por el tipo de medidas que se
puedan acordar. Es obvio que la exclusión de algún participe, o
grupo de interés, dificulta el conocimiento de todos los puntos de
vista e impide vislumbrar los posibles conflictos existentes o
futuros, reduciendo, así, las posibilidades de obtener las mejores
soluciones posibles; por otra parte también se corre el riesgo de
que los acuerdos adoptados sean desconocidos por algún participe o
grupo y que la implementación de los éstos sea claramente
boicoteada.
El Principio del Reconocimiento
Participar
supone reconocer la legitimidad y la diversidad de ideas, opiniones,
percepciones, posiciones e intereses respecto al tema o cuestión de
que se trate. Por lo que a la hora de realizar el diseño del Proceso
de Participación se debe de tener en cuenta la diversidad de puntos
de vista y cuidar de que estos no sean descalificados.
El
Principio de Respeto a la Diversidad
Participar,
también supone, respetar y tolerar. El respeto y la tolerancia entre
los Ciudadanos/as y sus Grupos, formales o informales, es fundamental
durante el desarrollo del Proceso Participativo, y en la vida en
sociedad. Si durante el Proceso se observan faltas al respeto de las
personas o intolerancias, amen de evitarlas y solventarlas, lo que se
debe de hacer es solicitar la presencia de Facilitadores que ayuden a
considerar las diferencias como oportunidades de enriquecimiento
mutuo, lo que favorece al Proceso y a la Participación. Si se
comprende que no hay una sola verdad sobre la cosas y que el valor de
Participar es actuar sobre la base de considerar la diferencia para
alcanzar acuerdos, se habrá alcanzado la clave para respetar la
diversidad y con ello una gran base para lograr la Convivencia
Social.
El
Principio de la Receptividad
Para
participar hay que comprometerse, de acuerdo con los criterios y
condiciones establecidas en el diseño y en la convocatoria del
Proceso, a aceptar e incorporar las decisiones adoptadas. Para
participar se sobreentiende la capacidad que tienen los participes
por aceptar la incorporación de nuevas ideas y el no poner trabas a
la puesta en práctica de los resultados obtenidos,
independientemente de que éstos se ajusten, o no, a las expectativas
inicialmente establecidas en el inicio del Proceso por parte de los
que convocan y de los que participan. También es necesario, para el
efectivo cumplimiento del Principio de Receptividad, que los
compromisos adquiridos en el Proceso sean coherentes con el nivel de
participación establecido en el diseño.
El
Principio de Voluntariedad
La
Participación se hace y se practicá de forma Voluntaria y los
Ciudadanos/as que se incorporan a un Proceso Participativo lo hacen
por su propio interés o por el de la Comunidad. Si la Participación
se hace por, o con, algún tipo de coacción o por obligación,
pierde toda su legitimidad y las acciones y resoluciones pueden
llegar a ser revocadas. La Voluntariedad es necesaria para asegurar
el compromiso de los participantes: su disposición en el tiempo, la
calidad de los recursos materiales y humanos favorecerán su
disposición anímica, cuestión ésta necesaria para trabajar sin
presiones.
LAS
CONDICIONES PRÁCTICAS A CONSIDERAR EN LA PUESTA EN MARCHA DE LOS
PROCESOS DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Las
condiciones son los requisitos básicos que se tienen que considerar
en la puesta en práctica de los Procesos de Participación Ciudadana
para que éstos tengan la viabilidad deseada y se conformen según lo
establecido en sus Principios. Para ello es necesario asegurarse de
la existencia de una gran parte de éstas, de tal manera que
contribuyan positivamente en la ejecución del Proceso y se produzcan
unos buenos resultados. Se sabe de la existencia de determinados
factores que dificultan o desvirtúan la participación sobre los que
hay que anticiparse, o advertir, para efectuar acciones al respecto y
poder así disminuir los posibles efectos negativos; elaborar un buen
Diagnóstico de la Situación en la que se va a desarrollar el
Proceso Participativo favorece la utilización de la condiciones del
mismo así como a elaborar las acciones necesarias que permitan
minimizar los efectos negativos en el desarrollo del Proceso,
logrando las mejores condiciones posibles para su realización y
ejecución.
Las
mejores Condiciones para llevar a la práctica los Procesos de
Participación Ciudadana de manera exitosa son:
La
Institucionalización de la Participación Ciudadana y el Espacio
Público
Los
Procesos de Participación Ciudadana se ven favorecidos en la medida
en que se reconocen como una actividad habitual en la Gestión
Pública y más aún si existen o se crean los Espacios Públicos
donde implementarlos. La existencia de una legislación sobre
Participación Ciudadana, Reglamentos que hacen posible su puesta en
práctica, Espacios, Territorios e Instancias donde trabajarla,
Planes y Evaluaciones para su correcta gestión, Responsables
designados para ejecutarla, Recursos que la posibilitan,
Ciudadanos/as que la practican, etc., contribuyen de manera positiva
al Fomento y al Desarrollo de la Participación. La Ciudadanía, sus
Representantes y los/as Funcionarios/as Públicos deben de conocer la
Institucionalidad y Transversalidad que tiene la Participación
Ciudadana en la diversidad de los Servicios Públicos y estar
informados sobre los Derechos y Deberes que ésta conlleva para
aprovechar de la mejor manera posible los espacios y cauces
alcanzados.
La
Voluntad Política
Para
que la Participación Ciudadana sea efectiva y sus Procesos se asuman
con toda su normalidad hace falta Voluntad Política: los
Representantes de los Ciudadanos/as tienen que estar firmemente
convencidos y comprometidos con la apertura de la Gestión de lo
Público a la intervención de la Ciudadanía, y para ello, es
preciso que éstos sean receptivos con los Procesos de Participación,
consideren sus aportaciones y destinen Recursos Humanos y Materiales
al Fomento y Desarrollo de la Participación Ciudadana.
La
Orientación hacia los Resultados
Las
Administraciones y los Ciudadanos/as necesitan un proyecto, un
objetivo, para Participar: si ambos se integran en un Proceso de
Participación deberán de estar motivados por una razón, la cual se
acabará expresando en el resultado esperado. Si ésto último esta
claramente definido y aceptado se logrará el compromiso de los
participantes. También es necesario que la expectativas de los
participes y de la Administración se ajusten para que no se generen
frustraciones o falsas esperanzas durante y al término del Proceso.
Si se precisan, al inicio, los objetivos y los resultados esperables,
se habrá contribuido a mantener el foco en cada una de las acciones
que se desarrollarán hasta la conclusión del Proceso.
La
Planificación
Los
Procesos de Participación Ciudadana tienen que tener objetivos
realistas, posibles de alcanzar y realizables en unos tiempos
determinados. También es conveniente segmentar el Proceso en etapas
que tengan objetivos fácilmente medibles y evaluables, así durante
el desarrollo del Proceso se percibirán los avances y se podrán
rectificar los posibles errores. Para cumplir los objetivos,
desarrollar los proyectos y acotar los tiempos se tiene que disponer
de un buen Plan de Trabajo que sirva como herramienta de gestión y
control. Este Plan de Trabajo tiene que ser conocido por los
Participantes lo que les facilitará una preparación anticipada y
una disposición de los tiempos marcados.
La
Disposición de los Recursos
Los
Procesos de Participación Ciudadana requieren de Recursos Humanos,
Materiales, Económicos y Temporales. Para disponer de una manera
armonizada de estos recursos hay que realizar unas buenas
planificaciones y unos buenos análisis de las inversiones necesarias
con la finalidad de que se puedan llevar a cabo todas las actividades
previstas. En un primer lugar se considerarán los tiempos a dedicar
y las competencias y disponibilidades de las personas que van a
actuar; para ello se utilizarán los cronogramas, pues estos permiten
visualizar de manera sumamente práctica las distribuciones de
trabajo y las horas disponibles de los participantes. Los recursos
materiales y económicos serán los que permitan disponer de los
equipamientos, insumos y servicios necesarios para realizar
adecuadamente las acciones requeridas.
La
Responsabilidad
En un Plan de Participación Ciudadana se tiene que definir claramente quién asume las responsabilidades sobre el Proceso y las acciones a desarrollar. De ésta manera tanto los/as organizadores como los/as participantes sabrán quienes son sus interlocutores válidos y podrán canalizar las solicitudes, dudas, ofertas y toma de decisiones de una forma efectiva; evitándose malos entendidos, desconocimientos del avance del Proceso y cualquier otra incidencia no prevista o simplemente la falta de responsabilidades asignadas.
La
Adecuación a las Realidades Particulares
Un
Proceso Participativo que haya logrado unos buenos resultados en un
lugar determinado y con unos actores determinados puede que no sea el
indicado para otro lugar y con otros actores. Para que un Proceso se
adecué a un territorio o a un espacio determinado es de suma
importancia considerar las características específicas de cada
Comunidad o de cada grupo, o grupos, con los que se va a participar;
así variarán los temas a tratar, las actividades a programar, los
materiales, el lenguaje a utilizar, los requisitos para participar,
etc. y el Proceso en si mismo.
La
Legitimación de los Grupos Involucrados
Si
los actores implicados en el Proceso Participativo tienen la
convicción de que sus intervenciones, visiones y opiniones tienen
posibilidades reales de incorporarse en el tema para el que se les
convoca, éste se desarrollará de manera exitosa. La buena
comunicación entre las partes, el diálogo permanente sobre las
ideas, la incorporación de sugerencias y la posibilidad de consultar
lo máximo posible sobre su organización hace que el Proceso sea
aprobado desde el inicio por los actores participantes; después se
tendrá que mantener la legitimidad mediante el cumplimiento de las
condiciones acordadas.
Los
Apoyos externos
Cuando
un Proceso de Participación se encuentra con la existencia de temas
sensibles que perturban los diferentes intereses en juego es
aconsejable que esté apoyado por alguna Entidad Especializada que no
tenga intereses propios, ni este involucrada, en las materias que se
traten. De ésta manera se conseguirá la suficiente confianza entre
las partes, las cuales verán como en el diseño y en la conducción
del Proceso no aparece la sensación de manipulación y se superaran
los momentos críticos de manera exitosa.
VENTAJAS,
INCONVENIENTES Y CONSECUENCIAS
DE
LOS PROCESOS
DE
PARTICIPACIÓN CIUDADANA
En
los Procesos Participativos es necesario considerar las ventajas y
los desafíos que conlleva la implicación de los Ciudadanos/as en la
Gestión Pública, siendo de gran relevancia que las Administraciones
actúen y oferten a la Ciudadanía Planes y Procesos de Desarrollo de
la Participación Ciudadana convincentes y persistentes que eviten
las frustraciones inherentes en estos tipos de Procesos. De la misma
manera la Ciudadanía que participa tiene que estar al tanto de los
requerimientos y condiciones que existen por su parte para que al
incorporarse en cualquier Proceso esté dispuesta a prestar parte de
su tiempo y esfuerzo para lograr una participación deseable y
responsable. Si se conocen cuales son las ventajas y las exigencias
de los Procesos de Participación Ciudadana se asegurará un factor
importante para llevarlos a buen término.
Las
Ventajas que ofrece la Participación Ciudadana son:
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Conecta a los Ciudadanos/as con sus Representantes y la
Administración Pública fortaleciendo la Democracia Participativa y
Relacional.
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Los Ciudadanos/as y sus Grupos Formales e Informales conocerán y
difundirán los Derechos y Obligaciones de la Participación
Ciudadana facilitando una actuación responsable y reforzando el
compromiso adquirido.
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Amplía y canaliza la información a todos los Ciudadanos/as a los
Grupos interesados.
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Ofrece transparencia en los Procesos de Toma de Decisiones pues
cuantos más Ciudadanos/as estén involucrados más acceso habrá a
la información disponible.
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Los Ciudadanos/as y los Grupos que Participan en la Vida Pública
aportan ideas, opiniones y recursos que sirven para mejorar las obras
y proyectos abiertos a los Procesos Participativos.
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Legitima las propuestas planteadas por los Ciudadanos/as en la medida
en que son incorporadas en las resoluciones finales.
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Da credibilidad a la Institución que impulsa el Proceso de
Participación.
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Permite corregir errores, dificultades y conflictos en los proyectos
originales, evitando que estos aparezcan posteriormente.
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Da continuidad a los acuerdos y resultados alcanzados.
Los
Inconvenientes a superar en los Procesos Participativos son:
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La Administración Pública y los Representantes de los Ciudadanos/as
se pueden sentir amenazados en la medida en que se cuestionan sus
planes y proyectos.
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Al aumentar las expectativas de los participantes se produce un
aumento de la presión hacia el proyecto o programa en cuestión.
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Se pueden presentar deficiencias y dificultades en lo relativo a la
representatividad de los participantes, generándose conflictos por
parte de los sectores que no se sienten, o se sienten mal,
representados.
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Puede originar conflictos en los ámbitos involucrados, provocando
divisiones y confrontaciones innecesarias en detrimento de la
cohesión requerida.
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Requiere de competencias y de facilitadores en dinámicas de grupos y
en mediación y resolución de conflictos; y por supuesto una gran
flexibilidad y capacidad para modificar las propuestas iniciales e
incorporar elementos no previstos inicialmente.
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Los Procesos Participativos alargan la duración de los Proyectos y
hacen que aumente su presupuesto inicial, debido a que se deben de
incluir los gastos necesarios para la implementación de las
actividades en las que participan los Ciudadanos/as.
Consecuencias
de no implementar la Participación Ciudadana:
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Los Proyectos o Programas pueden ser rechazados por los Ciudadanos/as
con el consiguiente incumplimiento de los objetivos y la pérdida
económica correspondiente.
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Los Representantes de los Ciudadanos/as pueden verse obligados a
rectificar, de manera tardía, frente a las críticas que pueda
generar el proyecto en cuestión.
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Se puede originar un incumplimiento de compromisos y plazos al
notarse la necesidad de modificar o rehacer a última hora el
proyecto o programa.
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Se generá perdida de confianza en la capacidad de resolución y
competencia en los Representantes de los Ciudadanos/as a la hora de
concluir los proyectos.
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Aparecen toda serie de rumores y confrontaciones al no existir
canales establecidos para el diálogo y la oferta de información.
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Se construye una mala imagen de las Instituciones que implementan sus
programas sin tener en cuenta la opinión y la Participación de los
Ciudadanos/as o de sus Grupos Organizados.
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Se produce un distanciamiento entre los Representantes y los
Ciudadanos/as, generando pérdida de confianza en la Administración
Pública que gestionan y un ambiente desfavorable en las maneras de
entender las formas Democráticas y Relacionales.